La proliferación de los dispositivos tecnológicos de última generación han multiplicado la conectividad de los usuarios a las páginas y aplicaciones de las webs de los centros de información y bibliotecas por parte de sus usuarios. Si bien se puede apostar por la traducción de los contenidos web para que puedan ser interpretados por los navegadores de estos dispositivos, una alternativa es la creación de aplicaciones. Estas aplicaciones permiten una mayor interacción y en Internet hay herramientas que permiten su desarrollo y su publicación en los diferentes mercados de apps sin conocimientos de carácter técnico o programación.