Las exposiciones temporales se han convertido en un mecanismo de difusión de las actividades culturales de primer orden. Muy raras hace tan solo 30 años, hoy en día no se conciben instituciones museísticas que no hagan de las exposiciones temporales una actividad tan fundamental como la colección permanente. Este interés ha llegado al mundo de las bibliotecas y archivos: la Biblioteca Nacional de España programa hasta 9 exhibiciones internas al año y presta miles de documentos a archivos, bibliotecas, museos y fundaciones de todo el mundo.

Organizar una exposición documental no sólo implica un proyecto cultural atractivo. Es necesario gestionar fondos propios y préstamos de otras instituciones, realizar trámites administrativos complejos, presupuestar gastos, crear espacios expositivos y conseguir unas condiciones ambientales que permitan hacer compatible la eterna polémica de exhibir o conservar.

Este curso pretende iniciar a archiveros, bibliotecarios y documentalistas en la organización de exposiciones temporales y mostrar de forma sencilla las pautas que permiten organizar exposiciones, prestar documentos y exigir condiciones seguras que garanticen la perfecta conservación durante la exhibición.