La identificación de los riesgos catastróficos y su relación
con la conservación del patrimonio cultural constituye el
primer paso para detectar las amenazas en las edificaciones,
colecciones y otras manifestaciones culturales.
La incidencia del cambio climático relacionado con el aumento
de los desastres naturales, y otras causas antrópicas
como el vandalismo, el terrorismo o los conflictos
armados etc., representan un riesgo continuo para los
bienes culturales. Tanto la prevención como la capacidad
de respuesta requieren la creación de equipos interdisciplinares
especializados.