La producción editorial en el periodo de la imprenta manual es muy variada, tanto como los editores y los públicos a los que se dirige. Son diversas las necesidades que la generan: difusión del conocimiento y de la información, creación literaria, culto, rezo y devoción, actividad legislativa, necesidad administrativa… Fruto de ellas surge una gran variedad de impresos con unas características comunes, y que se denominan géneros editoriales:

 Estructura textual homogénea.
 Unidad de extensión y formato.
 Pervivencia cronológica.
 Adecuación del contenido a la forma.

El uso y el público determinan las formas, que suelen ser comunes. Algunos géneros son fáciles de Identificar, pero otros no tanto, tanto por la carencia de datos de pie de imprenta como por la gran variedad tipológica, como ocurre con los impresos legislativos y administrativos.

De ahí se deriva la necesidad de conocerlos y de saber identificar sus datos correctamente con el fin de realizar una adecuada descripción.